Los indígenas de América Latina han adquirido renovada visibilidad en las ultimas décadas, tanto en los países en los que representan una parte importante de la población, como en aquellos en los que conforman una minoría mas o menos significativa. Sus luchas constituyen los principales movimientos sociales en la región desde hace medio siglo: no son parte de un retorno a la tradición ni de una moda, sino expresiones modernas arraigadas en las comunidades, articuladas con los conflictos sociales y animadas por aspiraciones democráticas en el mundo entero.