Para comprender bien la posición de la Iglesia en la sociedad moderna, es necesario comprender que ella está dispuesta a luchar sólo para defender su particulae libertad corporativa (de la Iglesia como Iglesia, organización eclesiástica), es decir, los privilegios que proclama ligados a la propia esencia divina; para esta defensa la Iglesia no excluye ningún medio, ni la insurrección armada ni el atentado individual, ni el llamado a la invasón extranjera.
Todo el resto se descuida relativamente, siempre que no esté ligado a las propias condiciones existenciales. Por ''despotismo'' la Iglesia entiende la intervención de la autoridad estatal laica para limitar o suprimir sus privilegios -no mucho más: ella reconoce cualquier poder de hecho, y con tal que no toque sus privilegios, lo legaliza; si luego aumenta sus privilegios, lo exalta y lo proclama providencial