¿A alguno de ustedes le gustaría ser el rey de la selva? ¿Vivir rodeado de lujo y riquezas? pero, piénselo bien, porque no basta con tener muchas ganas. Por si acaso, ¿serían capaces de decidir quién tien el cuello más largo? ¿La jirafa o la serpiente? ¿Y conseguirían, cada día, calmar a los sapos que piden más mosquitos y tranquilizar a los mosquitos que piden menos sapos? Ser un Rey León no es vivir solo de la sombra y del agua fresca. Aún siendo la vida en la selva bastante relajada..... ¡a veces gobernar a los animales tambièn cansa!