El cine, que en sus inicios se limitó, primero a copiar, y luego adaptar, los usos y costumbres del teatro, llegaría a contagiar a éste de su propia magia, colándose de rodón en la escena para transformarla. De ese modo el temido "rival" se acabaría convirtiendo en aliado y en nueva fuente de inspiración. Que el cine use el lenguaje teatral no es nada nuevo, pero que la escena adopte de buen grado técnicas que le son ajenas y que durante décadas le hicieron feroz competencia, resulta, cuando menos, sorprendente