El milagro que interesa a Virno coincide con la existencia del mundo como totalidad inabarcable y provoca un tipo de asombro que Wittgenstein llama "maravilla". El asombro existencial no caduca, sino que retorna indefinidamente y se cuela por una falla irreductible que nos impide hacernos una idea completa del mundo, al tiempo que nos habilita el esfuerzo por alcanzar una idea de mundo