Y los regimenes emanados de la Revolución Mexicana engendraron las nuevas reglas de juego (Todo a su tiempo pero el tiempo me nombró su único representante) y el país engendro las masas que lo fueron poblando (a veces exhaustivamente) y el Estado engendró las causas del resentimiento y la disidencia y las explicaciones memorizables de gratitud y la nación engendró premios, honores y sitios de reconocimiento y pocos cupieron y pocos sintieron la profunda emoción de esta noche pero a todos se les llamó corruptos, incluso a quienes no solicitaron entrada y prefirieron la militancia, la marginalidad o la confusión.