A toda bruja le gusta salir de paseo (por el bosque, la pradera, el llano o el territorio que tenga más cerca) para hacerse de mascotas y bichos que le permitan inventar nuevos hechizos. Así, se hace de ranas, murciélagos y cocodrilos frescos, en medio de una alegría indescriptible. No obstante, debe decirse que hay brujas de buen corazón, a quienes algo o alguien (¿la voz de su conciencia?) les puede hacer cambiar de parecer. Con Psst, psst_ se escucha.