La ciudad de México fue la primera del nuevo mundo en que se estableció la imprenta. Ello ocurrió en 1539, gracias a las gestiones del primer virrey, don Antonio de Mendoza, y del primer obispo, fray Juan de Zumárraga, con la llegada de Juan Pablos , enviado para tal fin, por Juan Cromberger que tenía su taller en Sevilla.