Como sucede con las estrellas, los corales y los hongos, los poetas y los artistas no surgen aislados, solitarios, florecen y estallan en pléyades, se dan en racimo y la red en la que se inscriben representa para ellos un espacio intermedio entre la soledad radical y la pública: esas redes suelen cristalizarse, en el caso de los escritores y poetas, en revistas y grupos literarios. En el ámbito de las letras hispanoamericanas, se dio en la primera mitad del siglo XX un florecimiento de esos grupos y bandas literarias: "sur", "contemporáneos", "taller", "el hijo pródigo", "espuela de plata", "clavileño", "verbum", "ciclón", "eco", "moradas", "hueso húmero", forman parte de ese tablero en que se jugaron y formaron varios de los escritores mayores de la lengua, uno de esos grupos es sin duda el cubano de "orígenes", conformado por una verdadera familia cuya cabeza estaba el anfitrión José l. Lezama Lima. En el caso de "orígenes" la familia lo era y lo fue verdaderamente.