El Corpus Plástico de Nuestra Señora de la Antigua de Sevilla es un fiel reflejo de la dimensión política, espiritual y cultural de la monarquía hispánica, y es a su vez uno de los ejes que dio pie a la construcción de identidad y de pertenencia a un territorio. Este legado se mantiene vivo en las catedrales como en otros recintos eclesiásticos y seglares de Iberoamérica.