Gracias a la sencillez y al indudable atractivo estático de sus platos, la gastronomía japonesaha logrado convertirse en una de las más prestigiosas del mundo. La apertura a Occidente a finales del siglo XIX significó el inicio de un enriquecedor intercambio de ingredientes y técnicas, que ha permitido que propuestas como el sushi o la temperatura ya pueden degustarse en cualquier lugar del planeta.