El libro esta organizado en tres partes: la primera trata de la lucha por la tierra como condición de existencia del campesinado; la segunda de cómo el funcionamiento del capitalismo incluye la presencia anómala pero interna, perversa, de los campesinos, y la tercera de cómo estos al reproducirse recrean su pertinencia, su necesidad y, y en el contexto catastrófico provocado provocado por el capitalismo globalizado, el carácter imprescindible de su forma de trato con la tierra y con la vida social. Los textos reflejan el abordaje multilateral y cambiante de una realidad e curso, sus vericuetos y sus laberintos, su continuidad en medio de su discontinuidad, en la que lo local y lo global se entretejen en un proceso de crisis y de lucha que se profundizan y se radicalizan.